Fastidiosamente ciega ante
la mirada,
la palabra
o el juicio ajeno
voy marcando mi sendero
al calor de mis pasos.
Soy de ese viento
que todos cantan
que todos sueñan
y que pocos sienten.
Soy de ese cielo
que pocos miran
que pocos tocan
y que todos temen.
He escrito en mi sangre
fuerte
ardiente
única
e imborrable
la memoria
de mi vida plena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario