El amor es perfecto.
Quizás, nosotros somos
quienes deshacemos sueños
queriendo perfeccionarlo todo.
Lo intenté.
Por todos los medios
traté de hacer lo correcto
y darle lo mejor de mí.
El amor es libre.
Y en su pureza y sabiduría
no existen cadenas.
Las ataduras no son más
que amarres mentales.
La fuerza de cada ser individual
sacude hacia un lado y hacia el otro.
Y se tensa.
A veces no entiende de libertades.
Otras veces se ciega por caprichos.
Otras tantas por inmadurez.
Aún así, seguimos intentando.
Cuando se desata el amarre
DUELE
Queda ahí dando vueltas
durante un tiempo inmóvil.
Y llegan los recuerdos.
También los reproches.
Pero el tiempo transcurre.
Novedades en el camino diario
hacen que cada vez
lo vivido sea aprehendido.
Entonces hay que dejar pasar...
pasar el tiempo,
pasar los recuerdos,
pasar la vida.
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